PEDRO SALINAS

Se tu sapessi che quel

grande singhiozzo che stringi

tra le tue braccia, che quella

lacrima che tu asciughi

baciandola,

vengon da te, sono te,

dolore di te mutato in lacrime

mie, singhiozzi miei!

 

Allora

non chiederesti più

al passato, ai cieli,

alla fronte, alle lettere,

che cosa ho, perché soffro.

E tutta silenziosa,

con quel denso silenzio,

della luce e del sapere,

mi baceresti ancora,

e desolatamente.

Con la desolazione

di chi al fianco non ha

altro essere, un dolore

estraneo; di chi è solo

ormai con la sua pena.

Volendo consolare

in un altro chimerico

il gran dolore ch'è suo. 

*************** 

¡Si tú supieras que ese

gran sollozo que estrechas

en tus brazos, que esa

lágrima que tú secas

besándola,

vienen de ti, son tú,

dolor de ti hecho lágrimas

mías, sollozos míos!

 

Entonces

ya no preguntarías

al pasado, a los cielos,

a la frente, a las cartas,

qué tengo, por qué sufro.

Y toda silenciosa,

con ese gran silencio

de la luz y el saber,

me besarías más,

y desoladamente.

Con la desolación

del que no tiene al lado

otro ser, un dolor

ajeno; del que está

solo ya con su pena.

Queriendo consolar

en un otro quimérico

el gran dolor que es suyo. 

EDVARD MUNCH - Ragazza in lacrime

PEDRO SALINAS 

Perdonami se ti cerco

così goffamente, dentro

di te.

Perdonami il dolore, qualche volta.

E che da te voglio estrarre

il tuo migliore tu.

Quello che non vedesti e che io vedo,

immerso nel tuo fondo, preziosissimo.

E afferrarlo

e tenerlo in alto come trattiene

l'albero l'ultima luce

che gli viene dal sole.

E allora tu

verresti a cercarlo, in alto.

Per raggiungerlo

alzata su di te, come ti voglio,

sfiorando appena il tuo passato

con le punte rossate dei tuoi piedi,

tutto il corpo in tensione d'ascesa

da te a te.

E allora al mio amore risponda

la creatura nuova che tu eri.

Perdóname por ir así buscándote

tan torpemente, dentro

de ti.

Perdóname el dolor, alguna vez.

Es que quiero sacarde ti tu mejor tú.

Ése que no te viste y que yo veo,

nadador por tu fondo, preciosísimo.

Y cogerlo

y tenerlo yo en alto como tiene

el árbol la luz última

que le ha encontrado al sol.

Y entonces túen su busca vendrías, a lo alto.

Para llegar a él

subida sobre ti, como te quiero,

tocando ya tan sólo a tu pasado

con las puntas rosadas de tus pies,

en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo

de ti a ti misma.

Y que a mi amor entonces, le contestel

a nueva criatura que tú eras.